Si, yo estoy muy seguro de esto. Nuestro trabajo depende mucho de otra gente. Es una obra colectiva. Nosotros sólo apuntamos voces y opiniones de la gente. Si nuestras fuentes no quieren hablar con nosotros, no conseguiremos información."
- "Para ser buen periodista, ¿hay que ser buena persona?
Y no porque lo diga este magnate de la información, sino porque es una realidad con la que te topas día a día. Periodistas hay de muchas clases, la verdad, pero buenos periodistas, muy pocos, y más aún se reduce el círculo si lo limitamos a buenos periodistas y buenas personas con buen corazón y humanidad. Me acuerdo de lo que publicaba en su libro de "El periodista universal", David Randall, que nos contaba en unos de sus capítulos como un jefe de un periódico mandaba a un simple trabajador a que le sacara información a una madre cuya hija acababa de fallecer. Por órdenes estrictas, éste periodista le tenía que decir a la madre que su hija había ganado un certamen de belleza, y de ahí pues ya saldría toda la información que el periodista necesitaría. Dicho esto, cuando acabo de contarle cómo era de pequeña,sus amistades, su vida en general, el "periodista" - aunque me duele determinarlo así - le comunicaba a la mujer que había fallecido.
Pues de estas artimañas hablo. Estas artimañas - gracias a nuestra era no se producen tan cruelmente - son las que denigran nuestra profesión. Lamentablemente, siguen existiendo estos dos tipos de personas. Tanto el jefe, que por información, cae en lo más bajo de humanidad, y tanto el periodista, que no atiende a su valor ético, y sucumbe bajo las exigencias de tal personaje.
¿Qué significa ser buena persona? Pues no lo puedo determinar con claridad, porque para mí ser buena persona no se consigue con actos con los que quieras ser reconocido. Ayudar a un anciano a cruzar la calle no te convierte en buena persona. Es un gesto de humanidad, es un gesto para sentirte realizado, pero no hay que hacerlo para que te lo reconozcan los demás. Ser buena persona se basa en sentir afinidad, en sentir humanidad con las historias que cuentas. Tampoco significa que tengas que seguir a rajatabla el código deontológico del periodista, porque a veces, te cueste o no, nos vamos a tener que saltar nuestro límite para conseguir la información que nos piden.
Acabo con la reflexión de que tú puedes elegir que clase de periodista quieres ser, pero hazlo con criterio y con ganas, porque esta profesión - vocacional por mi parte - necesita de profesionales que sientan empatía con las historias, y no de otro tipo de personajes, que lamentablemente, la degradan.
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